- Introducción. Trascendencia + moral = Dios
- Ley Moral. Sentido y realidad
- Objeciones
- Alguien está tras la ley moral
- Hechos a su imagen y semejanza
- Arrepentimiento, necesario y voluntario
INTRODUCCION
En su sentido original, la palabra Jehová significa el que existe en si mismo, el eterno YO SOY. Pero la palabra Javah, de la que surge Jehová o Javeh, significa “llegar a ser conocido”, señalando con ello una revelación continua y progresiva que Dios hace de si mismo a los hombres.
Nos interesa la correspondencia que esto tiene con la realidad, empresa harto difícil, pues nos embarcamos en un viaje al pasado remoto, buscando algo que no deja huella material, pero que si deja una huella muy persistente en toda la historia de la humanidad, es por ello que me centraré en las conclusiones o aplicaciones más que en su origen o desarrollo.
Quisiera destacar el ingente esfuerzo realizado por muchos científicos por dar una explicación natural a la aparición del sentir religioso en el hombre, pero en mi opinión todas se quedan cojas pues tal sentir carece de aplicación biológica o utilidad evolutiva.
Para analizarlo mejor, podemos desglosar la religiosidad en dos partes. Una el sentido de lo trascendente y otra el sentido moral, o llamémosla también ley moral. Me llama la atención que muchas especies animales compartan algún sentido, como la vista, el oído, el olfato, el sonar (no exclusivo de una sola especie), la electricidad, la captación del magnetismo terrestre etc., Pero ¿Por qué el sentir de lo trascendente y la ley moral solo parecen darse en el hombre? ¿Por qué parece ser una cualidad superior más que un desarrollo extremo de un sentido físico?
El sentido de lo trascendente o también llamado numinoso, podemos definirlo como un temor reverente a lo “sobrenatural”, un asombro ante el abismo del ser, ante la existencia, ante el misterio, es como un sobrecogimiento ante la inmensidad de lo inexplicable. Un estremecimiento ante el poder y la majestad de la naturaleza que se abre ante nuestros ojos. Es la sospecha psicológica de pequeñez e insignificancia que abriga el ser humano sobre si mismo, ante las cosas que no puede comprender y que le sobrepasan. Cosa bien distinta es el miedo. El miedo es un sentimiento ante un peligro, real o no, y que creemos, nos puede hacer daño.
Por otro lado está la Ley moral, esa extraña capacidad para discernir lo bueno de lo malo, eso que por dentro nos acusa cuando sabemos que hemos obrado mal, incluso algo que nos reprende cuando sabemos que hemos dejado de hacer algo bueno cuando podíamos. Como dice Santiago 4:17 “Y el que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” ¿acaso no nos acusa nuestra conciencia en estos casos? Ya lo creo, pero sabemos taparnos los oídos.
Un acontecimiento que no era previsible que sucediera de forma natural es la identificación de lo trascendente (numinoso) con lo moral, la fusión del sobrecogimiento con lo moralmente bueno. No tiene sentido que lo material fusione lo “espiritual”. Por eso habría de ser una revelación de Dios, y así lo enseña la Biblia, que nos dice que Dios escogió un pueblo, al que durante muchos años, siglos, le estuvo enseñando que El era Dios, y que era un Dios santo (moralmente bueno). Esta identificación de lo trascendente con lo moralmente bueno, no es reconocido por todos, pero si está extendido por toda la faz de la tierra, y precozmente el pueblo Judío lo hizo en la persona de Abraham, por eso Dios le dice, “en ti serán benditas todas las naciones de la tierra”, por que creyó y le fue contado por justicia, y el número de su descendencia sería como el de las estrellas.
Esta identificación de lo numinoso con lo moralmente bueno, no tiene correspondencia objetiva con la realidad material, por eso enseña la Biblia que la fe es un don de Dios.
Pero en la libertad que tenemos cada persona, no todos aceptan la unión de lo trascendente y lo moral, pues esto es una forma de reconocer a un Dios personal, lo que no todos quieren hacer, pues nada más imponente que una ley, cuya autoridad tanto pesa, y que venga además cargada con exigencias de lo numinoso. De ahí que tantos grupos preconicen la moral sin religión y la religión sin moral y sentir el vértigo de creer en algo, sin tener que rendirle cuentas. La religión fácil.
Puesto que la identificación de lo trascendente con lo moral no se obtiene por compulsión lógica, podemos rechazarlo sin incurrir en el absurdo, pero no sin causar violencia en nuestra naturaleza. Incluso en toda la naturaleza: “Maldita será la tierra por tu causa”. Génesis 3.17
Y el Nuevo Testamento nos recuerda que toda la creación gime a una esperando la restauración de todas las cosas, Y esto por extraño que parezca se puede discernir materialmente, pues la física moderna en su mecánica cuántica nos dice que el universo es como un vasto pensamiento, un todo, un único sistema donde todo está conectado, relacionado, donde todo depende de todo. Si esto es así y los experimentos parecen corroborarlo, antes que la física lo dijera, en la Biblia lleva escrito siglos. Dios creó un universo perfecto, pero lo que vemos no es sino las consecuencias de una violación moral del hombre, que ha trastornado a todo el Universo.
LEY MORAL; SENTIDO Y REALIDAD
Cuando formulamos sentencias del tipo: “ Préstame 10 euros, que cuando ti te hicieron falta te los presté “ , “ Ponte en la cola que yo llegué antes”, “ Haz el favor de respetarme que yo a ti te respeto “, “ Me prometiste que lo harías “, “ Fíjate después de todo lo que hice por él y mira ahora como me lo paga “, estamos apelando a un modelo de conducta que esperamos que los demás conozcan, pero sino cumplen, ellos tratarán de probar que no van contra el modelo, se excusan para justificar que algo los exime de la responsabilidad de obedecer a la conducta esperada, reinterpretando el modelo a su punto de ver las cosas o a su interés particular.
Lo que parece es que las personas reconocen y tienen presente unas reglas del juego limpio, y que llamamos moral. Y aunque no estén de acuerdo con la interpretación de los hechos o de las reglas a aplicar, el hecho de que se justifiquen significa que buscan que ese algo, esas reglas, esa ley moral esté de algún modo de su parte.
Inconscientemente o no, se están reconociendo unas normas, que llamamos Ley Moral, la cual, como he dicho, queremos que esté de nuestra parte para que no parezca que hemos ido contra ella. Lo que significa que aceptamos las reglas del juego, la ley moral, la estamos reconociendo.
Escucha lo que dice Jesús en Mateo 7.12 : “ Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esto es la Ley y los Profetas “ Está tan claro que tratar de explicarlo más lo estropearía.
Se nos dice en otro sitio que la Ley se cumple en que nos amemos los unos a los otros, ¿y que es esto sino el hacer con el prójimo lo que queremos que hagan con nosotros? Con que sabiduría ha expresado Jesús lo que es la Ley moral.
La ley moral tiene varias propiedades:
1. Que la conocemos, como ya te he explicado.
2. Que la podemos quebrantar, y esta es la gran diferencia con la Ley Física a la que irremisiblemente estamos sujetos, queramos o no.
3. Que es Universal. Y es Universal porque todos los pueblos de la tierra tienen nociones morales, hasta los más apartados de la civilización. Ciertamente los patrones pueden diferir, pero en esencia no son tan distintos., Y Pablo nos dice que el hombre se condena así mismo sobre la base de sus propias nociones morales, ya que cada vez que juzgamos a otra persona, nos colocamos automáticamente bajo el mismo juicio. “Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quien quiera que seas tu que juzgas, pues en lo que juzgas a otro te condenas a ti mismo, por que tu que juzgas haces lo mismo” Romanos 2.1-2
La universalidad de la le moral permitió que se pudiera juzgar a los nazis por sus atrocidades. Si ellos no hubieran tenido noción del bien y del mal, aunque habríamos tenido que seguir luchando contra ellos, no podríamos haberles acusado. Pero puesto que tenían conocimiento de la ley moral, esto les hacia culpables. Es por esto mismo que Jesús les decía a unos fariseos “Si fuerais ciegos no tendríais pecado; mas ahora porque decís; vemos, vuestro pecado permanece”
Todos los que tenemos moral estamos bajo el pecado, y esto se reconoce bien voluntariamente, bien inconscientemente. Así cuando buscamos excusas para justificarnos, aunque sean buenas y verdaderas, son prueba de cuan profundamente creemos en la ley moral, aun sin saberlo, y por supuesto, esta ley muchas veces la incumplimos.
Y veréis además que solo nuestro mal comportamiento lo explicamos procurando que la responsabilidad recaiga en el mal día, en el trabajo, en fulanito de tal, quitamos y añadimos a la versión de los hechos, con tal de no enfrentarnos con la posibilidad de reconocer que hemos quebrantado la ley moral, las reglas de la buena conducta, queremos evitar la vergüenza de nuestros demonios internos. Solo nuestras pequeñas hazañas la atribuimos a nosotros mismos, y a veces hasta nos lo creemos. Todo esto nos sirve para corroborar que la ley moral está en nosotros nos guste o no.
OBJECIONES
Pero alguno podría objetar; eso que llamas ley moral, ¿no será nuestro instinto gregario o algún otro instinto?
Bien, los instintos son impulsos que nos empujan a actuar por deseo o necesidad, de una determinada forma, como el instinto maternal, el sexual, el de supervivencia etc. Pues bien imaginaos que una persona se encuentra en un lugar en llamas. Sentiréis el deseo de ayudarle, pero también el de evitaros un riesgo que ponga vuestra vida en peligro. Pero algo en vuestro interior os dice que sin olvidar vuestra seguridad debéis ayudar a esa persona. Pues bien, eso que juzga ambos impulsos no puede ser otro impulso. Los instintos con como las teclas de un piano, la ley moral es como la partitura, que dice cuales hay que tocar. Y al interpretar una partitura puedes confundirte involuntariamente, o errar a propósito. Esto mismo ocurre con la ley moral.
Otra forma de ver que la ley moral no es un instinto, es que cuando dos de ellos están en conflicto, si solo hay instintos, ganará el más fuerte. Hay especies animales en que el instinto sexual puede llegar a ser tan fuerte que luchan por las hembras a veces hasta la muerte, en otras en cambio no salen de amenazas, en este caso gana el instinto de supervivencia sobre el sexual. Pero nosotros, a diferencia de los animales podemos potenciar el instinto más débil, aun cuando vaya contra toda lógica y pronóstico de éxito. Puede ser que deseéis más protegeros que ayudar a la persona, pero algo os dice que potenciéis el deseo de ayudarle pese al riesgo. Pero está claro que lo que pretende potenciar un instinto no puede ser ese mismo instinto, o sea lo que nos dice por dentro: “tu instinto gregario está dormido, despiértalo”, no puede ser en si el instinto gregario. Aquello que os dice que nota hay que tocar, no puede ser la nota, es la partitura.
No existen instintos que sean siempre buenos, y otros que sean siempre malos. Depende de las circunstancias. Así como el piano tiene 88 teclas, y ninguna de ellas es siempre correcta o siempre errónea, cada cual es correcta cuando lo indica la partitura. La ley moral es como una partitura, y cuanto mejor la toquemos, más cerca estaremos de cumplir con la ley moral, con la ética. Más cerca de hacer con los demás lo que queremos que hagan con nosotros.
Otra objeción es que la ley moral no es sino la influencia de la educación y el entorno. Bueno, es cierto que ambas cosas pueden llegar a tener mucha influencia, pero daos cuenta que los rasgos generales de esta ley moral se mantienen en todos los pueblos a pesar de las diferencias socioculturales, económicas, geográficas y temporales que son mucho más acentuadas. Habrá matices que cree diferencias, pero el esqueleto es el mismo. Luego, debe ser algo distinto, pues la educación y el entorno influirán en lo que hacemos por gustos, intereses, motivaciones etc. etc. pero la ley moral no trata de lo que hacemos, sino de lo que deberíamos hacer o no hacer y la conciencia que tenemos de ello. Y esto es bien distinto.
El caso es que la raza humana está obsesionada con un tipo de conducta que sabe que es el que debería hacer, pero que no hace.
Se nos puede seguir planteando objeciones, como que al fin y al cabo, lo que yo llamo ley moral solo significa que los seres humanos no somos perfectos. A lo que tendría que repetir que no se trata de cómo somos, sino de cómo deberíamos ser, es decir, si sabes que no somos perfectos ¿de donde sacas la noción para diferenciar lo perfecto de lo imperfecto moralmente?
Podrían plantearme que la ley moral solo es aquello que más nos conviene o no. Veréis, os pondré un ejemplo. Suponed que vais caminando por la calle y os cae una piedra que nadie haya tirado, esto es un inconveniente, pero no tiene valor moral, ni bueno ni malo. Por que en el incidente no ha intervenido voluntad alguna, solo la gravedad, una ley física impersonal que no da lugar a elección. Imaginad ahora que paseáis y alguien tropieza con vosotros disimuladamente pero con el propósito de haceros caer, esto es un inconveniente, o bien tropezáis ambos sin querer ninguno, también es un inconveniente, pero el único incidente que podemos juzgar como moralmente incorrecto es el primero de los dos incidentes. La moral existe por que hay caminos distintos por donde tirar, libertad para decidir que se quiere hacer, y entendimiento de cual es bueno y cual no. Y muy importante, el desarrollo de la moral en uno, va paralelo a la comprensión de la necesidad. En la medida que comprendemos que necesitamos el cariño, el respeto el bien para nosotros mismos, también sabemos que son necesidades en los demás. En esta medida es que afirmo que la ley moral es universal para todos los hombres. Por eso es a priori de cualquier educación o cultura siempre que no se hayan perdido los ingredientes necesarios para su existencia.
ALGUIEN ESTÁ TRAS LA LEY MORAL
Bueno y si la ley moral existe de verdad ¿Qué?
Alguna gente pretende negar la existencia de Dios, negando la existencia de lo absoluto. Pero no se dan cuenta que esta afirmación abriga una incongruencia, una incoherencia, porque para negar lo absoluto debes infiltrar su propia existencia en el proceso mismo de la negación, es decir, para negar lo absoluto debes formular una negación absoluta.
Una variante es afirmar que todo es relativo. Pero ¿Cómo puede el hombre demostrar que todo es relativo? Y si lo hace ¿no sería la demostración un absoluto? Si todo fuese relativo ¿podría el hombre apercibirse de ello? Pensemos humildemente que ni vemos todo lo que se puede ver, ni todo lo que es, puede verse.
Una alternativa a este argumento, desarrollada según parece por Epicuro y posteriormente explotada por filósofos empiristas y positivistas, como David Hume en el siglo XVIII, es; ¿quiere Dios evitar el mal pero no puede? Entonces es impotente ¿Puede pero no quiere? Entonces es malévolo ¿quiere y puede? ¿Entonces porque hay mal? Bueno toda afirmación absoluta tiene serias dificultades de sostenerse por si misma. Y sinceramente no conozco a nadie en su sano juicio que crea en la existencia de un Dios malévolo. En cuanto a si quiere y puede. También un medico te curará de tu enfermedad pero lo hará según su ciencia, y no según la tuya o tus prisas. Quizás te parezca que el método de Dios no es el mejor, quizás crees que tu lo harías mejor, pero igual que el medico sabe más que el enfermo, ¿No sabrá Dios más que tu?
Bueno, para erradicar el mal completamente de la faz de la tierra, quizás tendría que empezar por eliminarnos a todos, o es que acaso ¿no somos todos malos en algún grado? Pero puede que él quiera curarnos, dándonos la oportunidad de hacerlo libremente. A lo mejor piensas que no es necesario actuar así. Pero ¿le dices tu al medico como ha de curarte? O ¿le pides una explicación molecular y fisiológica completa y total de tu enfermedad antes de aceptar que te cure? ¿Por que tenemos fe en el médico y con Dios pedimos pruebas absolutas?
Si sabemos discernir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto ¿Qué patrón usas para juzgar? ¿Quién te ha proporcionado ese modelo ideal?
Así en el intento de demostrar que Dios no existe porque el mundo es injusto, cruel, y despiadado, se descubre que una parte de la realidad está llena plenamente de sentido, y es la idea universal de la justicia. Porque, si el Universo careciera de sentido, no nos daríamos cuenta de ello, Igual que si el Universo estuviera a oscuras, entonces los seres vivos no tendrían ojos para ver, y nunca habrían sabido que el Universo estaba a oscuras. Las negaciones de Dios, presuponen, dan por hecho, lo que en realidad tratan de probar.
Date cuenta que la ciencia deduce las leyes, que son regularidades de los hechos, por experimentación y observación de esos hechos. Pero en la conducta moral, la ley no trata de los hechos, sino de cómo deberían ser esos hechos, independientemente de que el hecho coincida o no con la ley moral. Por ello la ley moral no puede deducirse por experimentación y observación de los actos humanos. Solo puede tenerse conocimiento de ella siendo humano. Por eso sabemos de ella, no porque estudiemos lo que hace el hombre, sino por que somos hombres, estamos en el secreto y tenemos información confidencial. “Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? 1ª de corintios 2:11
De igual forma, un Dios trascendente, moral y personal, solo puede ser conocido por si mismo. Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el espíritu de Dios” 1ª de Corintios 2:11
HECHOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA
Si Dios se conoce a si mismo, y sabe que es Amor en estado puro, puede ser que eso le lleve a crear seres personales, con alguna semejanza a El, para poder darse a conocer a ellos. Dios no te mostrará la plenitud de su ser personal como si se tratara de un hecho o acontecimiento del Universo creado, eso solo te permite conocer su poder y sabiduría, quizás también indicios de su carácter, pero en realidad para conocerlo, tienes que hacerlo personalmente. Del mismo modo que a un arquitecto no se le conoce por las paredes y escaleras de la casa que ha diseñado, se le conoce personalmente.
No te extrañe que Dios no se te manifieste como un hecho del Universo, no llegarías a conocerle. El desea intimar contigo, dentro de tu corazón. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Apoc. 3:20
Si el Dios personal que está tras la ley moral, quiere comunicarse contigo, entonces tendréis que tener algo en común para poder entenderos, y eso puede ser por ejemplo, una moral semejante. Cuando Génesis dice: hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza, no podemos entenderlo en sentido físico, sería absurdo, pero si podemos asimilarlo como una semejanza espiritual, y por supuesto moral. Si nuestra moral no fuera semejante a la de él, él no tendría derecho a juzgarnos, ni nosotros podríamos juzgar que pretende, que quiere, o como es él. Y por supuesto no llegaríamos ni a entenderle ni a conocerle.
Fijaos como nos interpela el Señor Jesús: “¿Y porque no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?” Lucas 12:57 Esto nos lo puede decir por que la ley moral que nos dice lo que es justo y lo que no, coincide con la de Dios.
O en este otro pasaje. “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” Juan 7:24
O este: “¿Qué injusticia hallaron en mi vuestros padres para alejarse de mi?” Jeremías 2:5 El creador inquiriendo el juicio de su criatura.
¿Recordáis el pasaje de la mujer adúltera que es presentada a Jesús ¿ El les dice: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” El efecto impactante, el juicio de cada uno, coincidía con el de Dios. Todos tenemos pecado, y Jesús sabia que era así y que así lo reconocerían. Al mismo tiempo combinó la justicia con el Amor y la sabiduría. Jesús no juzga a nadie, deja que cada cual lo haga, y consigue librar a la mujer del castigo, haciendo misericordia con ella. “¿Dónde están los que te acusaban?” “Vete y no peques más”
Si los conceptos morales de Dios no fueran conocidos por el hombre a la vez que incumplidos, no tendría sentido que Dios nos llamase al arrepentimiento. Piensa bien lo que Pablo nos dice en el siguiente pasaje. “Porque cuando los gentiles que no tienen la ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, son ley para si mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos” Romanos 2:14-15
Lo que nos está diciendo es que la ley moral, está en todos.
ARREPENTIMIENTO
A veces, cuando nos equivocamos, la mejor manera de volver al buen camino empieza por dar marcha atrás.
Aun podrías alegarme, que la ley moral es dura como un pedernal, que dice lo que hay que hacer sin importar el dolor o el precio. Pero ten en cuenta que la ley moral no es un ser personal, aunque es propio de un ser personal.
Si Dios fuera una mente impersonal, no tendría sentido pedirle perdón, como no lo tiene pedírselo a la tabla de multiplicar cuando nos equivocamos, porque solo un ser personal puede perdonar.
Si Dios es personal y bondad absoluta, debe aborrecer el pecado completamente, de lo contrario no sería enteramente bueno. Pero si esto es así, nos estamos enemistando con él todos los días.
Dios, ese ser sin el que no podríamos vivir, pero del que deseamos escondernos, lo que más necesitamos, y de quien no queremos saber, nuestro mejor aliado, y nos hemos declarado sus enemigos.
Cuando comprendes esto, el te muestra no solo su moral absoluta, sino también su misericordia infinita. Pues las exigencias de esa moral que ni tu ni yo podemos satisfacer, ya han sido satisfechas en nuestro nombre por el mismo Dios, que haciéndose hombre, libra a este de la desaprobación de Dios como ser moralmente Justo, logrando Dios hacer justicia plena sin dejar de hacer misericordia completa para con el hombre.
Cuando te sientes enfermo acudes al médico, no cuando sabes que estás sano. Pues espero haber logrado que comprendas que todos estamos enfermos, moralmente enfermos, porque entonces buscarás al médico, y para esta dolencia tenemos uno maravilloso. Para el cual no hay que pedir cita previa, porque El acude a tu busca: “Zaqueo, date prisa, desciende porque hoy es necesario que pose yo en tu casa” Que no te pondrá en lista de espera, por que el dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Es él quien te espera. Y es un médico que te da garantías plenas de la eficacia de su remedio, porque él ya compró tu salud con su propia vida:
“Despreciado y desechado entre los hombre, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó el nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” Isaías 53:3-5
Este texto se escribió unos 700 años antes de Cristo, se conserva una copia completa del libro de Isaías encontrada en Qumrán que data de unos 400 años antes de Cristo. Y cuan fielmente refleja la persona y vida de Cristo, lo que vino a hacer por nosotros.
Francisco
Javier López Vergara
Licenciado en Farmacia
Miembro de la Iglesia de Cristo en Sevilla