Dios sana... usted simplemente ore y crea


El salón abarrotado de gente. Personas de todas las clases sociales y nivel académico. Un murmullo que crecía a cada instante. Algunos incrédulos, otros expectantes, muchos con ganas de encontrar el momento oportuno para salir del lugar. Y el conferencista recorriendo la tarima, de un lugar a otro.

"¿Cómo ocurren los milagros?¿Soy yo el que sana? No, el poder es de Dios. Yo simplemente oro. Y El responde liberando su poder. Es sencillo". Todos miraban. Unos pensando que se trataba de un charlatán. Otros, una suerte de agorero o sanador espiritista. Otros, un predicador más. Pero poco a poco fueron pasando. Salió uno, luego otro y un tercero. En pocos minutos, muchos llenaban el estrado. Unos caían, otros recibían sanidad.

Luego los comentarios. No daban crédito a lo que veían sus ojos. Las personas habían sido sanadas de sus dolencias.

Lo relato porque yo estaba allí. No como pastor, sino como espectador. El orador era Enrique Escobar, un empresario centroamericano que recorre varios países predicando sobre el poder transformador y liberador de Jesucristo. Fue delicioso poder estar simplemente como alguien que va a escuchar. Y mezclado entre la gente escuché muchos comentarios...

La incredulidad, una barrera para los milagros...

Curiosamente, fueron los incrédulos quienes no recibieron sanidad. Salieron con sus dolores. Habían ido sólo como espectadores pasivos, pensando que nuevamente sus enfermedades los agobiarían. No creían poder recibir sanidad. Y salieron adoloridos, como siempre.

Pero otros se rindieron al poder de Jesucristo. Simplemente esperaron un milagro. Y lo recibieron.

Y Enrique Escobar lo resumió magistralmente. El simplemente cree lo que dice la Palabra, y los milagros ocurren.

La Palabra de Dios dice: "¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le perdonará" (Santiago 5:14, 15).

Es una promesa preciosa contenida en la Biblia. No tiene necesariamente que ser un pastor. Basta que sea un cristiano comprometido con el Señor. Ore por el enfermo. Imponga las manos. Únjalo con aceite... El poder de Dios se liberará...

El predicador Enrique Escobar ya lo puso en práctica. Y milagros ocurren. Ahora es a usted a quien le corresponde orar. Tenga fe. No dude. Simplemente confíe que esa Palabra del Señor se tornará realidad. Verá señales y prodigios tremendos.

Quizá necesita que oremos por su necesidad. No dude en escribirnos. Deseamos acompañarle a interceder por sus peticiones.
 

Fernando Alexis Jiménez
Pastor y evangelista
Página en Internet: www.adorador.com/heraldosdelapalabra
Correo electrónico: fernando@adorador.com
Ministerio de Evangelismo y Misiones "Heraldos de la Palabra"

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